lunes, 1 de octubre de 2012

¡¡ VIOLEEEEENNNCIAAAAA !!

La razón de ser de estas breves líneas es la urgencia de responderles genéricamente a todos los compas que se han acercado a preguntarme, a plantearme idéntica preocupación: ya la gente casi no pregunta si creo que Chávez ganará o perderá las elecciones, sino si creo que nos caeremos a tiros antes o después de los comicios. Cosa que por una parte me parece lógica (¿a quién no le preocupan más el pellejo y un mínimo de paz ciudadana y garantías para transitar sin que te lluevan misiles?). Pero por otra parte me desconcierta, ya que para responder a eso basta con recordar momentos parecidos o mucho más graves de la historia reciente. Momentos de altísima tensión (recuerdo especialmente la circunstancia del referendo para votar la Reforma Constitucional), en que a pesar de los augurios, presiones, financiamiento de aventuras, incitación abierta de la derecha a través de sus medios de información, la violencia no se desbordó.
***
No, en Venezuela no va a empezar una guerra civil el 7 ni el 8 de octubre. Chávez ganará las elecciones y, tal como ha ocurrido en los últimos 14 años, al día siguiente estaremos unos contentos y otros arrechos o deprimidos, pero no se desbordará la violencia. Puede que si el despecho antichavista llega a altísimos extremos de descontrol haya episodios locales de agitación y algún foco de desórdenes, pero eso no califica como el inicio de ninguna conflagración y no durará más que unas pocas horas.
***
A ver: ya ha habido violencia y puede que la siga habiendo, pero ninguno de los episodios endógenos habidos o por venir en el mediano plazo califica como detonante de aventuras de destrucción masiva en nuestro país. En estos días asesinaron a unos señores en Barinas. Unas versiones indican que hubo un enfrentamiento entre chavistas y antichavistas (http://www.aporrea.org/medios/a151335.html) y otras (las preferidas de estos últimos) señalan que venía una alegre caravana de hermosas personas entonando cánticos de paz y amor y que entonces vino el hermano de Hugo Chávez y ordenó (seguramente por instrucciones del mismo Presidente): "Me los matan, porque matar hace nos populares a los políticos y si matamos a mucha gente obtendremos muchísimos votos". Y entonces los criminales chavistas identificados con sus uniformes y montados en carros oficiales dispararon a mansalva contra aquellos autobuses pletóricos de felicidad. Pero ni siquiera esta versión, casi-casi exenta de manipulaciones (como esta con la que se llenó la jeta los ultraderechistas uruguayos: http://www.elpais.com.uy/121001/pinter-666997/internacional/acusan-a-hermano-de-hugo-chavez-del-asesinato-de-tres-opositores/) logró que comenzara la guerra civil que serviría para graduar de criminales de guerra a Chávez y a los chavistas.
***
Por otra parte, el antichavismo de pluma y papel ha buscado afanosamente en los últimos años utilizar algunas muertes para tratar de influir en el ánimo de la gente y ponerla belicosa. Este es un buen resumen de varios casos en los que el antichavismo ha utilizado algunas desgracias personales y familiares para tratar de venderlos como crímenes políticos: http://misionverdad.com/?p=237. Faltan allí los casos de Rafael Brito, unos estudiantes en Mérida y el Zulia y el de unas señoras tiroteadas en la plaza Francia de Altamira, pero es un buen compendio que pone a la vista lo esencial: que la oposición sabe que la muerte le es favorable y siempre ha estado buscando capitalizarla política y/o mediáticamente.
***
Antecedentes que pesan: la historia tremenda de la muerte del estudiante Luis Carvallo Cantor, en marzo de 1987. El muchacho fue asesinado de un tiro por un abogado adeco, por motivos tan fútiles como que el joven estaba orinando en el jardín de la casa del abogado. La indignación por el hecho se juntó con la alta carga de arrecheras sociales acumuladas y la cosa derivó en una situación de disturbios que la historia de las luchas populares ha registrado con el nombre de "Marzo Merideño". Mérida fue militarizada y sometida a  toque de queda y allanamientos selectivos durante varias semanas, pero la protesta estudiantil se propagó por varias ciudades y el evento es un antecedente dramático de lo que luego fue el Sacudón, 11 meses más tarde. Así que el antichavismo, lleno de bobos tan candorosos que creen que agitar a todo un pueblo es cuestión nomás de meter casquillo y poner unas fanfarrias en TV; un bulto de estúpidos que creen que las avionetas son hijas de los aviones, que machete de burro es trompeta y que para curar el Sida sólo hay que decirle: "Vete, sida", siguen creyendo que acusando a Chávez de cada muerto habido en el país (o a todos al mismo tiempo) entonces ya el pueblo saldrá en masa a liquidarlo para poner en su lugar a un empresario. Seguirán creyendo en eso unos cuantos años.
***
Y personalmente, ¿participaremos en hechos de violencia? Si una de estas tardes de mal humor viene un antichavista y me jode la paciencia más de la cuenta lo más probable es que se lleve el botellazo de su puta vida entre los dientes y el cráneo. Eso es violencia, cómo no. Pero tampoco hará que venga la OTAN a invadirnos en defensa de los dientes pulverizados de un güevón.
***
Lo más parecido a un desborde de violencia que hemos tenido ocurrió aquellos días de abril de 2002; otros más a finales de ese año y comienzos de 2003; regresó el fantasma en 2005 y luego en 2007, cuando la patada por el culo a RCTV. Recuerdo a Teodoro Petkoff diciendo, escribiendo y gritando desaforado en diciembre de 2002: Si Chávez no renuncia EN LAS PRÓXIMAS HORAS tendremos una situación de guerra civil. Chávez no renunció, no hubo guerra civil y sin embargo Teodoro seguirá asustando a sus fans. A esas pobres viejas creyentes de la leyenda urbana que lo convirtió en héroe guerrillero sin haber echado nunca ni un tiro.
***
Yo tuve mi época frenética y apocalíptica también, cómo no. Cada vez que se acercaba una fecha como esta que se aproxima acudía a ciertos compas proclives a hacer de cada sospecha un motivo para ponerse los guantes, y vaya que llegué a creer que en cuestión de horas había que poner a cantar las perolas. Hoy sigo creyendo que algún día habrá episodios violentos en Venezuela, pero eso no será por unos resultados electorales ni porque la oposición vuelva a cantar fraude luego de su derrota. Creo que cuando eso ocurra se deberá a la intervención directa de factores externos, no a la abrupta explosión de una parte del pueblo venezolano contra la otra.
***
Una guerra civil es un episodio que requiere de financistas y de líderes adorados en cada bando. El antrichavismo no tiene ni líderes ni financistas dispuestos a financiarles otra aventura (ya les fueron financiadas suficientes, y fracasaron rotundamente en todas). Y el chavismo no tiene por qué acudir a la violencia de las armas, metido como está en la cresta de la ola que gana y gana elecciones y construye y construye un mundo mejor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Viejo, tu artículo luce incompleto si dejas a un lado todos los escenarios posibles: que pierda el chavismo por ejemplo.